Draft del 24 de Octubre, 2009

Una vez hace no muy poco existian unos muros altos y fuertes.
Ellos se mostraban por toda una ciudad, queriendo ser admirados,
provocando a todo aquel que si quiera pensara en traspasar,
en encontrar su vulnerabilidad,
en querer traspasarlos.

Nadie se atrevia.
Pasaban hombres fuertes y decian: yo puedo.
Los golpes de aquellos hombres
eran como cosquillas a esos muros,
se burlaban, pero tambien se entristecian.
Ellos estaban solos, tristes, sin compania,
sin saber lo que era el amor,
sin dejar caer sus hombros ni una sola vez.

Entonces un dia paso un caballero.
Este caballero se veia flaco, triste,
sin mucho que decir, sin pretender ser lo que no era.
Se sento frente al muro y empezo a contar su vida.
El muro solo decia: se fuerte. Tienes que ser fuerte.
Era todo lo que el muro sabia. Era todo lo que conocia.
El muro habia a aprendido a vivir con dureza,
callando todo, soportando, alejando a todo el mundo,
y llorando por dentro, sin dejar ver a nadie.

Y de esta manera, el muro empezo una amistad con este caballero.
El muro lo adopto como a un hijo
y le aconsejo. Le hizo cuentos, hasta chistes.
Y aquel caballero disfrutaba cada vez mas aquellas horas junto al muro.
El muro era bastante calculador.
Penso que esa amistad se quedaria de esa manera,
que algun dia aquel caballero se marcharia y sus vidas continuarian igual.

Un dia, el caballero le pregunto al muro: Como te sientes?
Y el muro primero se sorprendio,
despues penso en la respuesta,
se confundio, se quedo mudo, no supo como reaccionar.
El caballero se percato de aquel evento.
Se dio cuenta d elo mucho que habia sufrido por dentro este muro.
Le ofrecio nada mas que una caricia,
y el muro comenzo a romperse.

Nadie estuvo alli.
Nadie supo lo que sucedio.
Nadie se dio cuenta de lo que habia sucedido.